La estructura social está constituida por tres elementos: trabajo, ejercicio del poder y comprensión de la realidad. El trabajo tiene como finalidad alcanzar mayores niveles de satisfacción material y espiritual; el ejercicio del poder expresa el intento persistente del hombre por darse, mantener y perfeccionar el orden social más adecuado para la satisfacción de sus necesidades y aspiraciones ; y finalmente, la educación es el sistema creado no sólo para garantizar la permanencia de ciertos tipos de organización, sino para contribuir al desarrollo de la conciencia social, a la organización y a la reproducción de los factores socioculturales del pensamiento y el conocimiento.
Nuestra realidad nacional y la relación que existe entre la educación y esta sociedad, nos permite precisar que nuestro proyecto educativo debe contribuir , teórica y prácticamente, a: la apropiación crítica, del “ser social” de la comunidad y poder expresar a su vez, todo aquello que identifica la nacionalidad; a concientizar acerca de la necesidad del desarrollo humano, como una condición para poder participar en el desarrollo de la sociedad; a un análisis del sentido de desarrollo, que debe estar orientado hacia el logro de una calidad de vida para todos y cada uno de los miembros de la sociedad; a tener una concepción clara de “calidad de vida” que permita estructurar una sociedad más digna del ser humano; a experimentar vivencialmente lo que es la cooperación, el ejercicio de la autonomía y la libertad, la responsabilidad, el espíritu de tolerancia, la equidad y la participación democrática; a traducir los conocimientos adquiridos en acciones participativas a nivel de la escuela, la familia y la comunidad; y a contribuir eficazmente en la formación de una conciencia crítica, capaz de plantearse verdaderos problemas sociales y formular posibles alternativas de solución.
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